Hace más de 2 años que no me pasaba por aquí, los cambios en la vida, el estrés, la falta de tiempo, la falta de ganas… Pero a veces hay que permitirse parar y retomar las cosas, no por obligación, sino por ganas. Bien, pues algo parecido me pasó con la lectura, he estado más de 6 meses sin leer, también por diversos motivos. Lo cual acepté, aunque debo reconocer que el run run de no leer me removía por dentro y me hacía sentir un poco mal.
Pero eso se acabó hace ya un mes cuando volví a tener ante mi un libro de María Martínez, Cuando no queden más estrellas que contar. Y desde la primera página hasta la última no he podido parar de leerlo. Exactamente lo mismo que me pasó con La fragilidad de un corazón bajo la lluvia y Tú, yo y otros desastres naturales.
Cuando por las mañanas tenía que escoger si ir en bicicleta o en autobús, escogía ir en autobús para poder leer. Antes de perderme viendo en la tele cualquier cosa por no saber qué hacer, la apagaba, me ponía música de fondo y leía. Antes de ir a dormir me tumbaba en la cama y necesitaba leer un capítulo… Y es que María consigue adéntrate en el mundo de sus protagonistas de una manera que pocos saben hacer. Te involucra y te enreda con la trama y solo quieres saber más y más.
Los personajes de María Martínez
Si algo tienen en común los distintos personajes principales de las obras de María es que cada uno de ellos tiene cosas por solventar, averiguar y desengranar para poder avanzar con su vida. Muestran que la vida no es fácil y del color de rosas, a veces se complica y se torna oscura. Que hay decisiones que afectan al presente y al futuro, pero que hay que tomar para poder avanzar y seguir creciendo. Y eso es lo que hacen sus personajes que bien parecen de carne y hueso.
Además, con cada uno de sus libros nos permite viajar sin movernos de donde estamos. En esta ocasión viajamos de Madrid y a Sorrento, Italia.
Y por si todo esto fuera poco, lo mezcla con la magia del amor, que todos entendemos porque de una manera y otra nos hemos visto envueltos en esa vorágine amorosa que te hace vivir las cosas muy intensamente. Y es que que sería de la vida sin el amor…