El año pasado, por primera vez, la ficción infantil y juvenil facturó más que la de adultos.

El lector español no es del todo el de una persona entregada al best seller (que ha descendido en sus ventas del 7,9% al 4,6%) y ha aumentado su inclinación por obras menos populares, de las llamadas más literarias y por las clásicas. Si bien es cierto que solo 50 libros representan entre el 5 y el 10% de la facturación total, el porcentaje restante se lo reparten los casi 80.000 títulos que en promedio se han editado, cada año, desde 2008.

Son datos basados en los resultados de dos de las principales firmas encargadas de medir las ventas de libros en España: Nielsen, contratada por las grandes editoriales, y GFK (Growth from Knowledge), que audita las ventas de los 1.500 principales puntos de venta de libros.

El dominio de este mercado es…

No sabes que hacer?? Pues sal e inspirate!! Date un paseo y ve cosas como las pinturas, graffitis que hay por las calles. Y es que en Barcelona se pueden encontrar bastantes.

• En el barrio de Poblesec, concretamente en El parc de les tres xemeneies podéis encontrar algunos. En este parque hay varios muros que pintan una vez tras otra. Por lo menos antes los había, la verdad que el último día que pasé por allí estaba el parque en obras, ojalá no lo hayan tirado abajo.

• Por Poblenou, en la calle Fluviá, si nos asomamos por una de las ventanas de una de las antiguas fabricas abandonadas, nos encontramos con esto:

• También por Poblenou, justo en el Carrer Espronceda con Carrer del Marroc encontramos esto:

• En Rambla Guipuzcoa con calle Lope de Vega, nos encontramos con:

• Y también en Poblenou, más o menos por…

Esta semana tenemos un cuento clásico del maestro Quiroga, esperamos que os guste.

Las voces queridas que se han callado

Horacio Quiroga

Hay personas cuya voz adquiere de repente una inflexión tal que nos trae súbitamente a la memoria otra voz que oímos mucho en otro tiempo. No sabemos dónde ni cuándo; todo ello fugitivo e instantáneo, pero no por esto menos hondo. La impresión, sobrado inconsistente, no deja huella alguna; y justamente lo contrario fue lo que nos pasó a Arriola y a mí, cierta vez que veníamos de Corrientes.

El muchacho tenía diez u once años. Era delgado, pálido, de largo cuello descubierto y ojos admirables. Estaba en el salón, sentado con varios chicos a nuestra mesa vecina, y cuando oímos su voz Arriola y yo nos miramos. Era indudable: habíamos sentido la misma impresión; y tan bien la leímos mutuamente en nuestros ojos que aquel se echó…