Hoy he hecho estos cuatro nuevos fichajes para mi biblioteca gracias a un cheque cultura que me regalaron para mi cumpleaños.
–La noia del tren (La chica del tren) me ha picado la curiosidad porque ya hacía mucho que andaba viéndola publicitada y al final he caído, así que felicito al equipo de marketing publicitario de dicha novela.
– La venedora de paraules ( Made en Galiza) me ha entrado por la portada y por ese aire filológico y lingüístico que transmite su título. Debo reconocer que aún me ha gustado más cuando la librera me ha comentado que ese libro se lo recomendó un profesor de lingüística de la Universidad de Barcelona, ya jubilado, al que yo cogí mucho aprecio por su forma de dirigirse al alumnado y su forma de transmitir todos sus conocimientos.
– Tanto Gegants de gel como El llibre del finals han sido recomendaciones de la librera y he acabado de decidirme por ellos porque el primero me ha atraído por ser un libro de relatos ligados entre sí por un mismo hilo conductor, justo lo que buscaba, y el segundo por ser uno breve e interesante por su trama sobre los finales de las cosas, tema que muchas veces en la vida real nos cuesta asumir y saber llevar.
Y es que hay varias formas de sentirse atraído por un libro: por el autor, por la trama, por el título, por el género al que pertenece, por la portada, por la publicidad, por la recomendación del librero, de un amigo, de un familiar, de tu pareja y, por supuesto, por tu olfato como lector X ( sirve cualquier adjetivo: novato, empedernido, bloguero… ).
Muchas gracias a quienes me lo regalaron y gracias a quienes siguen creyendo en las librerías pequeñas, de barrio, las de verdad.
Ahora me toca indagar y perderme entre esas páginas.