Buenos días, sígueme.
Al despertar se encontró la casa llena de notas. Al lado de la cama, en la cafetera…hasta llegar a la mesa del despacho, donde tan solo había un lápiz, un bolígrafo, un blog de notas y otra nota: Entre blanco y negro anda el juego. Cogió el bloc de notas, lo miró a trasluz y no vio nada. Cogió un lápiz y empezó a pintar el papel muy suavemente. Se empezó a descifrar su mensaje: TE QUIERO.
Arrancó el papel y escribió él uno: Sígueme ahora tú.