Cada uno de nosotros toma un rol diferente según el momento de su vida. Antes era un alfil, ahora soy un peón, pero el día de mañana quizás sea una torre, un caballo o una reina.
Vosotros, los de arriba, sois la mano que mueve las piezas a vuestro antojo. Nos dejáis adelantar casillas cuando queréis, nos desplazáis por el tablero como se os antoja, nos matáis con vuestras promesas sin cumplir. Y lo peor de todo es que os alimentáis de eso.
Dejad ya de creeros importantes, no sois nada comparados con nosotros. Si vosotros dejáis de moveros, todo funciona igual, de hecho el no hacer nada es lo que mejor se os da. Si nosotros nos parásemos…sufriríais las consecuencias.
No somos números que informatizar, títeres sin cabeza. Sabemos que es lo que queremos y no es a vosotros. Queremos un cambio de verdad y para que eso se dé debemos de ser las piezas las que modifiquemos eso. La partida no debe ser entre dos, sino entre más. Tenemos que empezar a jugar a juegos de más de dos jugadores.
Dejemos ya las damas para jugar al parchís: Yo me cuento veinte, ¿y tu?