Sinopsis:

Manuel Pérez Aguado (Manolito para los amigos; en el estrado, don Manuel) es profesor de literatura, y además lector y escritor. La vida de Manuel, que va atisbándose al filo de la obra, es bastante común: nació en un pueblecito en el que sólo dos casas tenían luz eléctrica; hijo de las clases de Historia Sagrada y de un Hollywood legendario, vivió en su infancia la llegada de la Coca-Cola y fue a estudiar la carrera a la capital, para lo que tuvo que ganarse el pan. Sin embargo, ahora, en nuestros días, se ha convertido en una figura muy peculiar: es alguien que sabe. Enamorado de los libros, reflexiona sobre la ficción y la realidad. Amante de la vida, medita sobre su pasado y sobre un presente lleno de contrastes que nos concierne a todos.
Landero, con la seductora prosa a la que nos tiene acostumbrados, intercala entre las páginas dedicadas a Manuel Pérez Aguado ideas, apuntes y retazos que hacen de contrapunto y añaden al libro otra voz: una voz que habla en primera persona, que narra otras historias, y que casi acaba transformándose en otro personaje.
Luis Landero:

Escritor y novelista español nacido en Alburquerque (Badajoz) en 1948. Emigró a Madrid en 1960. Se licenció por la Universidad de Madrid en Filología Hispánica. Fue premio de la Crítica y Nacional en 1990. La didáctica es otra de sus pasiones y ha sido profesor de Lengua y literatura españolas en un Instituto de Enseñanzas Medias de Madrid y en la Escuela de Arte Dramático, también de Madrid. Sus libros se han comparado con la obra cervantina, por su estructura tradicional, en una época en la que parece que todo debe ser experimentación o ligereza, por el lenguaje elaborado, por la ironía y cariño con que analiza las fantasías, anhelos e ideales de la gente de su generación, una mayoría gris y silenciosa a la que se exige el triunfo mundano como sea.
Opinión personal:
Es un libro diferente que se puede leer como uno quiera, es un juego literario parecido al de Rayuela de Julio Cortázar y nos recuerda el principio unamuniano de que «todos somos narradores». Al principio el lector puede llegar a despistarse hasta que vislumbra que los capítulos pares y los impares se pueden agrupar entre ellos para crear dos realidades, dos realidades narradas desde dos puntos de vista diferentes que tienen como origen la misma historia, personaje, experiencia, etc. Landero da una alternancia de voz y visión de la misma historia; de ahí el título.
Y es que las cosas en la vida no son o blancas o negras, son del color que uno quiera verlas y según quién las mire y cómo las mire tendrá una percepción u otra pese a ser la misma realidad.
Y es que las cosas en la vida no son o blancas o negras, son del color que uno quiera verlas y según quién las mire y cómo las mire tendrá una percepción u otra pese a ser la misma realidad.
Recomendaciones:
Si os ha gustado no dudéis en leeros su bibliografía.
Valoración: 4/5