La tradición
Esta fiesta se celebra desde la edad media. Sant Jordi fue un caballero, al cual decapitaron por no querer seguir las ordenes de su superior de matar a los cristianos, a raíz de este hecho las historias ligadas a su persona fueron creando la que hoy en día se conoce. Desde el siglo XV se regalan rosas a las mujeres y libros a los hombres, se sigue manteniendo la tradición pero ahora también se le regalan libros a las mujeres; y es que en aquella época las mujeres leían a escondidas porque no estaba bien considerado, por suerte ya no es así. Desde mediados del siglo XIX es el patrón de Barcelona.
La leyenda
Según la tradición, la villa de Montblanc estaba siendo aterrorizada por un colosal dragón. La bestia se había instalado a las afueras del pueblo, infectando el aire y el agua con su aliento apestoso y causando estragos entre el ganado. En su búsqueda de alimento, cada vez se aproximaba más a las murallas, por lo que los vecinos tuvieron que buscar una forma de mantenerlo apartado. Empezaron dándole de comer ovejas; cuando éstas se acabaron, siguieron con los bueyes, y luego con los caballos. Y por fin no tuvieron más remedio que sacrificar a los propios habitantes. Se metieron los nombres de todos en un puchero, también el del rey, y el de su hija la princesa, y cada día una mano inocente decidía quien moriría la mañana siguiente. Y una tarde la escogida fue la princesa. Dicen unos que el rey lloró y suplicó a sus súbditos por la vida de su hija, pero que de nada le sirvió, ya que no era el único padre desconsolado. Cuentan otros que el rey entregó a su hija con valentía y entereza. Sea como fuere, la joven salió de las murallas y se dirigió hacia su triste destino.
Cuando el terrible dragón avanzaba hacia ella, surgió entre la bruma un hermoso caballero vestido de blanco sobre un caballo blanco que arremetió contra la bestia. El animal, herido, se sometió al caballero, que le ató al cuello un extremo del cinturón de la princesa. La dama tomó el otro extremo del cinturón y, para pasmo de los pobladores de Montblanc, condujo al dragón como a un perrito hasta la puerta de la ciudad. Allí, a la vista de todos, el caballero remató a la bestia de un certero golpe de lanza. Dicen unos que el dragón se fundió y fue absorbido por la tierra. Cuentan otros que un gran charco de sangre se formó a los pies del caballero. Sea como fuere, en aquel mismo instante creció un rosal y de sus ramas brotaron rojas rosas. Jordi obsequió a la princesa con una de esas rosas.
La fiesta
Es una fiesta que reivindica la cultura y el amor. Las calles se llenan de gente que pasea entre las diversas paradas de libros situadas por todo Barcelona, pero sobre todo en el centro es donde se ubican una gran cantidad de paradas, llenas de rosas, y donde los escritores acuden a firmar sus libros. Para saber dónde firman los escritores, aquí tenéis un buscador de firmas.
Es un día muy bonito para pasear y perderse entre la gente, observar de escondidas qué leen y pensar en porqué lo leen o porqué lo van a regalar, para descubrir nuevos libros y redescubrir otros, para ir a la parada de tus escritores favoritos y que te firmen, pero sobre todo compartir tiempo con los tuyos y sacarles una sonrisa con libros, con rosas o simplemente estando con ellos.
Un comentario en “23 de abril: Sant Jordi”